Los estudiantes ya no son lo mismo

¿Cuantas veces subió el pasaje y ni nos inmutamos? ¿Y cuantas veces los choferes nos bajaron de la micro a lo que es garabato? De ese gutural, limpiecito, sin rodeos. Y nosotros agachábamos la cabeza, con las manos en los bolsillos, con los $30 pesos en la mano transpirada y el odio...retenido.
Nos conformamos con ver a los micreros presos el día que se les ocurrió hacer una huelga nacional. Ahí celebramos lo que otros hacían.Verlos presos era justicia divina Nosotros volvíamos al colegio, rascandonos los sabañones, mirando las piernas peladas de nuestras compañeras que se resistían a usar medias, con su "yamper" arriba de la rodilla, azules y feísimos, con la contaminación y la basura llegándonos al cuello. Y nuca dijimos nada
Hasta las canciones de los prisioneros eran las baladas de perros enjaulados.
El otro día vi a un chofer que se atrevió a negarle a un escolar pararle en un sitio no autorizado. El pequeñín le dió un puntapié tan fuerte al vidrio del vehículo que se lo quebró. El chofer se bajó indignado y el "pobre chiquillo" le mando un combo que te lo encargo. ¡defiendan al niño! gritó una señora. Pobrecito el niño. Pero para mi interior pensé que esa era mi venganza. Ese adolescente me estaba vengando por años humillaciones.
Y ahora, que los veo saliendo a la calle, poniendo en jaque al gobierno, marchando por las calles, como hordas de gnomos azules o pitufos infernales, sólo los sigo, admirado, buscando las fotos donde están agrupados alrededor de una fogata, pensando en qué momento les abrieron las puertas de la jaula y los dejaron salir a las calles...
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